Los sordos y los oyentes tienen problemas de comunicación. No pueden ponerse de acuerdo para solucionar los problemas que tienen los unos en relación con los otros.
Uno de los problemas más importantes es la accesibilidad de estos discapacitados a cualquier tipo de situación como es el acceso a intérpretes en los centros públicos como los hospitales, los colegios o los ayuntamientos. A pesar de ello, poco a poco se van adecuando las distintas circunstancias a las necesidades de aquellas personas que lo requieren.
Otro problema es la forma que pueden tener los discapacitados a la hora de “sobrevivir” en el extranjero. Ya es difícil hacerse entender en un país que no habla tu idioma, más aún es cuando no les puedes oír. Tienes que valerte de tu ingenio y tu habilidad para entender los gestos de la otra persona para así poder hacer frente a este obstáculo.
Para ello están las asociaciones, que intentan solventar estos problemas. Hay muchas repartidas por el mundo, y se reúnen para hacer lazos de amistad entre ellas, entre distintas culturas e idiomas (si se le puede llamar idioma a la lengua de signos de cada país). Además, las asociaciones buscan puestos de trabajo adecuados a cada tipo de discapacidad, en este caso sorda. De esta forma, las asociaciones tienen su propia bolsa de trabajo, distinta a la propia de cada comunidad o país (INEM).
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